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Experiencia profesional

En mi experiencia profesional como psicóloga en un centro de Madrid especializado en la detección y tratamientos de dificultades de aprendizaje y de comportamiento (especializado en el Trastorno por Déficit de Atención) pude comprobar que, en muchas ocasiones, lo que los padres o educadores llamaban “malos” comportamientos de sus hijos o alumnos eran en realidad los esperables atendiendo a su edad. Hay mucho desconocimiento de cómo se desarrolla el cerebro de los niños y un problema de ajuste de expectativas reales. Debido a ello, se corre el riesgo de percibir a los niños como los causantes de los problemas y de caer sobrediagnóstico a edades muy tempranas.

También he trabajado como orientadora en un Colegio en Santa Cruz de Tenerife. Y es sorprendente la diversidad que te encuentras en un aula de Infantil (me refiero en general, habría que atender cada caso particular) Cuando hablaba con los padres, podía observar que (ya sea por falta de tiempo, por no ver capaces a los niños de hacerlo solos, por la ilusión de que todavía nuestros hijos sean unos bebés), no eran conscientes de la importancia que tiene que sus hijos e hijas adquieran habilidades y destrezas que les permitiese ser autónomos y sentirse deseosos y capaces de explorar el mundo fuera del cobijo de sus padres y madres. Habilidades que les acompañarán (o no) en sus vidas.